Título: Despertar
Autor: L.J. Smith
Saga:Crónicas Vampíricas I
Editorial: Destino/Planeta
Páginas: 250
Precio: 14,95€
Una fantástica mezcla de terror y romanticismo. Stefan Salvatore, el
nuevo alumno de Fell's Church, arrastra con él un misterioso pasado y
también a alguien que sólo desea venganza, su hermano Damon: su odio
excede las barreras del tiempo... Ahora tratan de reproducir un
mortífero triángulo amoroso que tiene en su centro a
Elena, la chica más popular del instituto.
Seré
sincera: no
me esperaba nada de este libro, había leído diversas opiniones sobre
él y ninguna de ellas era positiva. Pero claro, yo quería leerlo ya que además
de echarme unas risas también sentía curiosidad.
Así
que comencé a leer el libro esperándome una trama más bien ligerita y de
cimientos flojos. Primer error cometido. Despertar no es que no tenga cimientos flojos,
simplemente no tiene cimientos.
Y es que vaya si la historia es mala, que casi no me he enterado de lo que
pasaba. Leía situaciones
absurdas a más no poder y , claro, pensaba esto será un sueño de la protagonista, no puede ser que semejantes
diálogos estén aconteciendo de verdad.
¿Había algo más importante que
los chicos? […] Adorables en su ambiente, pero prescindibles.
El libro está
contado en tercera persona,
así que tendremos varias perspectivas, entre ellas la de Stefan y la de Elena,
nuestros protagonistas. Elena es… insoportable. Es egocéntrica,
todo y todos deben girar alrededor de sus intereses, además es manipuladora
y egoísta hasta decir basta. Su carácter y sus pensamientos son inchoerentes,
cada vez que abría esa boquita era para decir alguna estupidez, así que he
deseado que se callase y así por lo menos hacerle un favor al mundo. La trama
en sí no gira
en torno a los vampiros –como había esperado-, si no por la insana
obsesión de Elena por Stefan. No, señores, esto no es amor, es obsesión.
Elena en todo momento busca la atención de Stefan para restregarle en la cara a
sus compañeras/ amigas/ secuaces lo buena que está y lo popular que es. Pero
claro, Stefan se hace de rogar y Elena se vuelve loca pensando: joé, con lo buena que estoy, ¿cómo que no me
hace caso? Tras unas cuantas páginas, nuestra protagonista ha encontrado la
solución, ¡solo tendrá que manipular a su exnovio! Y este a su vez, aunque sabe
que lo está manipulando acepta, porque ¿cómo
decirle que no a esta rubia?
Luego
está Stefan,
el chico nuevo que llega al instituto y crea revuelo entre todos los alumnos
aunque parece que éste no se da cuenta. Por otra parte tiene un
carácter un poco extraño y tiende a no relacionarse con casi nadie salvo con
las ardillitas del bosque, porque él es un vampirito bueno que no quiere llamar la atención,
dato curioso, porque que yo sepa si vas con un cochazo al instituto, no te
quitas las gafas de sol ni dentro de clase y te haces el misterioso, pues sí o
sí cabas acaparando todos los flashes. Aunque esto no me ha molestado
demasiado, lo que sí que lo ha hecho ha sido la culpa constante que siente
Stefan por todo. Cree que todo lo malo que ocurre es su culpa.
En ocasiones Elena había
acudido allí, enfurecida con sus padres por haber sido tan estúpidos como para
matarse.
Tenemos
toda una delicia de personajes secundarios, todos muy variados.
Por una parte está Bonnie, la mejor amiga de Elena que se dedica a
decir tonterías en los momentos más oportunos y que el lector –en
este caso yo- tenga que reírse sí o sí. Meredith es la otra mejor amiga de Elena que,
casualmente, también se dedica a decir gilipolleces y junto a Bonnie idear
planes para que Elena y Stefan se enamoren y vivan felices mientras Caroline
–otro personaje que intenta quitarle la popularidad y a Stefan a Elena- se
pudre de envidia.
A lo largo del
libro van aconteciendo sucesos extraños a los que la autora les da la mínima
importancia pues está demasiado ocupada pensando que modelito le queda mejor a
Elena y la hace más sexy
para por fin poder camelarse al comeardillas.
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Stefan, Elena y Damon en la serie |
En
cierto punto del libro Elena está en peligro y cómo no viene Stefan -que pasaba
por ahí mientras perseguía a una ardilla- y salva a nuestra damisela en apuros.
A partir de aquí él se da cuenta de lo guapa y perfecta que es Elena, y ya no
puede vivir sin ella porque lo es todo para él y prefiere morir y bla, bla bla. El sentimiento es mutuo y Elena
arriesgaría hasta su mejor vestido por él, porque sabe que él es el hombre de
su vida y que lo ama por encima de todo y de todos.
Pero
claro, aquí llega el tercero en discordia, el hermano de Stefan que
es malo maloso porque bebe sangre
humana y en su tiempo libre se dedica a perseguir y acechar a Elena, de la que
también se enamora igual que lo hace el tonto de su hermano pues Elena les
recuerda a Katherine, una chica que amaron hace más de un siglo pero que murió
por ellos, así que la culpa los mata y ¿por qué no? Vamos a hacer diez libros a
ver si hay alguien que los lee.
Lo que más me ha gustado: Damon.
Lo que menos me ha gustado: la forma y la trama del libro.
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Trama floja, personajes planos, diálogos sin sentido... |
Una
de las situaciones del libro que más me ha llamado la atención es en la que
Elena le dice a su exnovio que ya no lo quiere porque Stefan es más guapo que
él, y en lugar de enfadarse, le compra una rosquilla. ¡Una rosquilla, claro!
¿Cómo no se nos ha ocurrido antes? El remedio contra las rupturas de pareja,
rosquillas. En fin, habrá que pantentarlas.