
Título: El dador de recuerdos
Autor: Lois Lowry
Saga: El dador I
Editorial: Everest
Páginas:
Precio: 14,95€
Diciembre es el mes en el que se celebra la Ceremonia anual en la que
los Doce reciben sus asignaciones vitalicias determinadas por el Comité
de Ancianos.
Pero Jonás, un niño que cumple doce años, ha sido elegido para algo muy
especial.
Cuando su selección le lleva ante el más honorable de los Ancianos -el
Dador-, Jonás comienza a darse cuenta de los oscuros secretos que
subyacen tras la frágil perfección de su mundo.
Cuando comencé el libro, no tenía ni idea
de que este año se iba a estrenar la adaptación cinematográfica de dicha
historia, y tampoco sabía que era un libro más o menos conocido dentro de las
distopías juveniles.
Nos encontramos en el mundo de Jonás, un chico
doce años bastante maduro para su edad. Él nos cuenta la historia de primera mano, a
través de sus ojos es como vamos a ir conociendo su entorno. Cabe mencionar que
la autora escribió esta historia en 1994, por lo que es anterior a las ya archiconocidas
trilogías Divergente y Los juegos del hambre.
La sociedad de Jonás está altamente controlada.
Todo está decidido, no tienes capacidad de elección. Y eso es bueno. Es bueno
porque cuando uno elige puede equivocarse, así que es mejor que los que saben
elegir, elijan por nosotros. Porque como ya sabemos, la equivocación genera caos, y el caos es
lo último que hace falta en una sociedad perfecta y feliz.
Al principio, como todos, Jonás acepta esto sin
ninguna duda, ya que no ha conocido nada más. Sin embargo, todo cambia cuando a
nuestro protagonista le asignan su profesión, la que tendrá que ejercer el
resto de su vida. A partir de aquí, él irá conociendo un poco más su mundo y el antes,
y poco a poco irá encontrando las diferencias avismales, y comenzarán las
preguntas. Podemos notar perfectamente la evolución del personaje desde un
desconocimiento absoluto de todo a un conocimiento que trae unas cuantas
cuestiones no sólo para el personaje, si no para el propio lector.
Me ha faltado un poco más de profundización en el
mundo de Jonás, un poco más de descripción para que nos ayude a imaginar cómo es,
cuáles son sus limitaciones, de cuántas personas estamos hablando (ya que sólo
se menciona que ellos son una sociedad y que hay otras sociedades, pero no dice
dónde se encuentran ni como son, quizá para que el lector saque sus propias
conclusiones.)
Al ser un libro tan corto, no podemos pedir que
se haga un gran análisis psicológico de los demás personajes, aunque sí que se
nos describen unos rasgos para que los podamos identificar. Quizá el más humano
de todos ellos sea El dador, debido a su situación. Lo más impactante de
todo ha sido descubrir la frialdad de otros personajes (como lo son
los padres del protagonista) en contraste con sus cálidas y amigables apariencias.
Como distopía, trata los típicos
temas sobre la libertad o la capacidad de decisión del individuo, sin embargo,
dista un tanto de las juveniles habituales, ya que posee un toque de originalidad y de
frescura que aporta el personaje en sí.
El final no es de lo más remarcable, ya que sucede deprisa
y con pocas explicaciones, dejando la trama un tanto abierta para
que el lector imagine algo más, o para continuar con la historia de Jonás,
aunque por lo que tengo entendido los demás libros de la trilogía tratan
historias diferentes. De todas formas, lo sabré pronto, ya que no he tardado en
hacerme con el segundo tomo que espero poder leer pronto.
El dador de recuerdos cuenta la historia de
una sociedad
robotizada, donde todo son sonrisas de blancas dentaduras, caras de
benevolencia, donde los sentimientos y la piedad no existen, donde puedes
asesinar a sangre fría por el bien común, donde las personas son sólo números que se
ponen y quitan para equiparar la balanza.